Hay secretos a voces. Que en el mundo fútbol se conocen, y que volvieron a escucharse el domingo en el Centenario. Tras la balacera en la Tribuna Ámsterdam, se le comunicó a la cuarteta arbitral que siguiera adelante con el partido para evitar una "alarma pública", y en el entretiempo, el Jefe del Operativo de Seguridad, comisario Alexandro Simón Álves, informó en reunión multipartidaria, que "no estaban dadas las garantías" para continuar el fútbol.
En ese mismo momento, el árbitro Christian Ferreyra cerró su formulario y estampó por qué había decidido suspender el encuentro entre Rampla y Peñarol.
Hubo varios puntos que no salieron a luz. Al menos no se conocieron públicamente. La reunión fue breve, la charla también, pero hubo información muy importante que no trascendió. Llegaron denuncias de todo tipo y color, principalmente de miembros que integraban la guardia de seguridad privada contratada por la AUF que estuvieron en las diferentes puertas de la Tribuna Ámsterdam.
"Apagá el detector (paleta) de metales porque sos boleta", fue una de las frases que más se escuchó. Y generó temor en los guardias que intentaban cumplir su tarea en la conflictiva tribuna. "Me vas a tener que dar la mitad del jornal porque cobrás", fue otra de las tantas amenazas que tuvieron que soportar los encargados de la seguridad dispuesta por la AUF.
Pero también hubo una alerta policial: "No se puede seguir con el espectáculo porque no sabemos cuántas armas hay en la tribuna. Sabemos que hay una, pero no sabemos si hay muchas más, y puede haber represalias", se dijo en esa breve pero intensa reunión en camarines del Estadio Centenario.
No hubo un cacheo efectivo ni se realizó en todas las puertas, y eso ambientó lo que después terminó sucediendo: que se ingresara un arma (o varias) a la Ámsterdam. "Sin el apoyo de la Policía, es imposible", se dijo en la reunión.
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