El accidente ocurrió el lunes en Santa Fe. El relato místico del conductor, después de escuchar la imputación en su contra.
El conductor que el lunes por la noche provocó un choque en cadena en la ciudad de Santa Fe en el que murió un chico de 11 años fue imputado por dos delitos y, en la misma audiencia, insistió en dar su versión de los hechos ante la jueza pese a la negativa de la defensa. La declaración fue, por lo menos, llamativa.
Francisco Lascurain, de 37 años, explicó que manejaba a unos 90 kilómetros por hora porque "iba persiguiendo a un auto que lo había empujado desde atrás". “Cuando sigo lo embisto en la parte de atrás lo que generó un deslizamiento del auto hacia el lado derecho que dio contra una vivienda”, precisó.
Según su relato, salió del coche para ver si había alguien herido pero no vio a nadie dentro del otro auto. Después caminó hasta la esquina y fue cuando, siempre según sus palabras, aparecieron cerca de "200 personas" y empezaron a atacarlo con ladrillos y palos. “Me liquidaron, me tiraron adoquines en la cabeza”, llegó a contar, publicó El Once.
Ese fue el punto de quiebre en su discurso. Lo que siguió después fueron una serie de incoherencias tales como que lo agresores no pudieron lastimarlo porque "tiene “cabeza de acero y huesos de hierro”.
De esta manera, indicó que volvió a su casa, se desnudó y se acostó boca abajo en su cama hasta que la policía llegó para detenerlo. “Yo le quiero comentar que soy Dios”, dijo a continuación, e insistió: “Yo soy Dios padre".
Por su parte, Daniel Filipi, el fiscal a cargo de la investigación hizo una doble imputación contra el acusado. Por un lado, lado "homicidio simple con dolo eventual" y como alternativa el de "homicidio culposo" por haber manejado un Toyota Etios a una velocidad cercana a los 90 kilómetros por hora.
FUENTE:TN
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