La terminal Colón, una mega obra fundada en 2012 por la entones intendenta Ana Olivera y que había costado nueve millones de dólares, ahora es un edificio casi desocupado. De todos los locales comerciales que habían abierto solo quedan dos, un kiosco y una bizcochería.
Tras el retiro de tres líneas de transporte la terminal quedó desolada, ya que los usuarios comenzaron a optar por tomar el transporte público en la plaza.
Ahora, sin clientes a la vista, los pocos comerciantes que quedan se preocupan por su futuro y las autoridades buscan un nuevo propósito para el edificio.
Pablo Inthamoussu, director de Movilidad de la Intendencia de Montevideo, explicó a Telenoche que existe un convenio con UTU para darle más movimiento al lugar.
Fuente: Telenoche
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