En Milán un concejal cree que “el derecho a decir adiós, para los que se van y para los que se quedan, no debe ser menos”.
Un anciano postrado en una cama sostiene una tablet frente a su rostro mientras respira con dificultad. Uno de los médicos del hospital donde está internado lo ayuda a contactarse con uno de sus familiares por medio de una videollamada que, posiblemente, sea la última que haga.
talia, donde se vive un auténtico drama por la elevada cifra de contagios y muertes por la enfermedad: más de 35.000 casos y cerca de 3.000 fallecidos en menos de un mes.
n el norte del país, foco principal del brote, las clínicas están al borde del colapso. En medio del caos el jefe del Hospital San Carlo de la ciudad de Milán reveló en una entrevista en medios de comunicación “el dolor de las personas que ingresaron al hospital y que se internaron en total soledad y aislados de sus familias y amigos, conscientes de lo que estaba a punto de suceder y la falta de medios tecnológicos para que pudiesen hacer videollamadas con sus familiares”.
La historia conmovió a un grupo de afiliados al Partido Demócrata en la zona 6 de Milán, que donaron tablets al hospital y a un hogar de ancianos.
Lorenzo Musotto, concejal de esa ciudad, compartió en Facebook detalles de la iniciativa, bautizada como ‘El derecho a decir adiós’.
“Compramos tablets para donar al hospital y a un hospicio de ancianos para permitir que los enfermos puedan saludar a sus seres queridos por última vez”, escribió.
Según el diario La Stampa, Musotto ha estado en cuarentena tras haber tenido contacto con un amigo enfermo que ya se recuperó. En su aislamiento “se sintió culpable por estar en su casa mientras miles de personas en toda Italia están trabajando y luchando incansablemente contra el coronavirus”, por lo que quiso ayudar de alguna manera.
“La idea de no poder decir adiós me duele más que la muerte misma y hay otras residencias para ancianos, hospitales y hospicios donde ya no existe la posibilidad de decir adiós”, comentó.
En la entrevista, el político advirtió también que en Milán “no quedan muchos fondos después de este gasto” y convocó a que otros italianos se comuniquen con centros médicos de su área para ayudar con donación de este tipo.
“Sé de la importancia de las máscaras, guantes e instrumental médico, pero el derecho a decir adiós, para los que se van y para los que se quedan, no debe ser menos ", reflexionó.
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