El programa Rutas Culturales promoverá una serie de recorridos históricos guiados por diferentes puntos del país. Este viernes 8 fue presentada la primera, la Ruta de la Guerra Grande, en el marco del 170.° aniversario de la finalización de este conflicto. Sin memoria histórica, “la vida se vuelve menos rica y nosotros, menos capaces de saber quiénes somos”, afirmó el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira.
La actividad se realizó en el Museo del Arma de Ingenieros Aduana de Oribe y, además de Da Silveira, participó la directora nacional de Cultura, Mariana Wainstein. En la jornada de hoy se cumplen 170 años de la firma del tratado del 8 de octubre de 1851, que dio por finalizada la Guerra Grande (1836-1851).
Este fin de semana habrá circuitos en diferentes puntos de la capital, entre los que se incluyen un recorrido guiado por el que fuera el centro comercial, industrial y portuario del gobierno del Cerrito, entre 1843 y 1851, y visitas por la Ciudad Vieja.
Este nuevo proyecto fue promovido desde el Área de Economía Creativa, de la Dirección Nacional de Cultura. Según Wainstein, este programa posee un potencial enorme y sumará otros circuitos en distintos puntos del país, basados en la música, otras historias, las migraciones.
Actualmente, la Dirección Nacional de Cultura trabaja en el desarrollo de seis rutas diferentes, lo que ha impulsado numerosas instancias de trabajo en las localidades con los integrantes de las comunidades y de confección de material. Wainstein adelantó que el programa dispondrá de su propia aplicación para teléfonos celulares.
Da Silveira celebró la jornada, porque, según dijo, es un día de realización de proyectos, que, en este caso, concreta una ruta cultural con una temática muy importante, como la calificó. El jerarca sostuvo que la Guerra Grande dejó muchos rastros en el paisaje urbano y en el vocabulario, de los cuales los uruguayos corren el riesgo de olvidarse. Sin memoria histórica, “la vida se vuelve menos rica y nosotros, menos capaces de saber quiénes somos”, afirmó.
Señaló que ese conflicto fue un fenómeno que marcó para siempre al Uruguay. Explicó la forma en la que este hecho sentó las bases de la clase de convivencia política que los uruguayos mantienen hasta hoy, el Uruguay de la coexistencia, “en el que nadie va a aniquilar a nadie y, por encima de las diferencias, vamos a convivir”.
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