Consultado sobre si el agua sería "salada", Lacalle respondió: "Es el agua destinada al lavado, al baño, al saneamiento... menos para beber".
"En caso de que no llueva, habrá un período en el cual el agua no será apta para el consumo humano". Estas palabras provienen del presidente Luis Lacalle Pou y se enmarcan en la crisis hídrica que afecta a la zona metropolitana y que no parece tener perspectivas alentadoras en las próximas semanas.
Hasta ahora, el gobierno ha definido el agua como "bebible", aunque no es potable debido a que no cumple con algunos estándares, como los niveles de cloruro y sodio.
Sin embargo, las reservas de Paso Severino se encuentran por debajo del 2,5% del total y no se puede descartar la posibilidad de que se agoten finalmente las reservas de agua dulce y no se pueda seguir realizando la mezcla actual de agua.
"Estamos tratando de manejar de la mejor manera posible las reservas que tenemos y llevando a cabo una obra que tomará 30 días. La pregunta inmediata es: ¿cuántos días de agua potable nos quedan y cuánto tiempo tomará terminar la obra?", dijo el mandatario en Nuevo Berlín.
Cuando se le consultó sobre si se trataba de "agua salada", Lacalle respondió: "Es el agua destinada al lavado, al baño, al saneamiento... menos para beber". Según el presidente, el agua que se consume representa solo el 5% del consumo total de agua en un hogar.
La solución que todos esperan es que llueva, planteó. Mientras tanto, el mandatario comentó que están tratando de "estirar la situación" y calificó esta escasez de agua dulce como "increíble".
"Hemos hecho todo lo posible para estirar la cantidad de agua potable", afirmó el mandatario, quien agregó que el país está experimentando la peor sequía en 70 años.
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