En las últimas cuatro semanas, la actividad de la influenza ha mostrado un incremento significativo, alcanzando niveles epidémicos en la mayoría de los países.
Este aumento coincide con la llegada del frío, una época del año en la que las personas tienden a agruparse en lugares cerrados y con poca ventilación, creando un ambiente propicio para la propagación de diversos tipos de virus respiratorios. Esta situación ha llevado a que las guardias de las instituciones de salud reciban diariamente decenas de casos de niños y adultos con síntomas compatibles con infecciones respiratorias, especialmente Influenza A, pero también se han reportado casos de Virus Sincicial Respiratorio (VSR) y neumonías causadas por estos y otros virus que están circulando.
Durante este periodo, los virus de influenza predominantes han sido el tipo A(H3N2) y A(H1N1)pdm09. Estos dos subtipos de influenza A son conocidos por su capacidad de causar brotes significativos y por su alta transmisibilidad. El virus A(H3N2) ha sido históricamente asociado con temporadas de influenza severas, especialmente entre las personas mayores, mientras que el A(H1N1)pdm09 fue el causante de la pandemia de gripe de 2009 y sigue circulando desde entonces.
A pesar del predominio de estos subtipos de influenza, la actividad del VRS, que es otra causa importante de enfermedades respiratorias, se ha mantenido en niveles bajos, aunque se ha observado un ligero incremento en las últimas semanas. El VRS es especialmente preocupante en niños pequeños y personas mayores, ya que puede causar infecciones graves como la bronquiolitis y la neumonía.
En contraste, la actividad del SARS-CoV-2, el virus causante de la COVID-19, ha mostrado un descenso continuo, manteniéndose en niveles bajos de actividad. Esto sugiere que las medidas de control y la vacunación están teniendo un efecto positivo en la reducción de la propagación del COVID-19, aunque sigue siendo importante mantener la vigilancia y las medidas preventivas para evitar rebrotes.
Este panorama epidemiológico subraya la importancia de la vacunación contra la influenza y otras enfermedades respiratorias, así como la necesidad de mantener buenas prácticas de higiene y ventilación en los espacios cerrados. La vacunación anual contra la influenza es la mejor manera de protegerse y proteger a los demás, especialmente a los grupos más vulnerables como los niños pequeños, los ancianos y las personas con condiciones médicas subyacentes.
En conclusión, el incremento de la actividad de la influenza en las últimas semanas, junto con la presencia de otros virus respiratorios como el VRS y la disminución del SARS-CoV-2, destaca la necesidad de una vigilancia continua y de adoptar medidas preventivas adecuadas para mitigar la propagación de estas enfermedades respiratorias en la comunidad.
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